lunes, 8 de octubre de 2012

XIII

- ¿No quieres una taza?- preguntó, ladeando la cabeza- Sin leche, como a ti te gusta.
- Aceptaría encantado un bourbon. Pero a estas horas de la noche, te rechazaré todos los cafés que me ofrezcas.
Camile ahogó su sonrisa en un trago. Era de madrugada en un ático de la Rue de Rivoli, cerca del Jardín de las Tullerías. El silencio se entremezclaba con las notas de jazz de un viejo tocadiscos recogido en Montmartre.
- Al fin otoño -sentenció él, esbozando una mueca.
Camile asintió con la cabeza.
- ¿Qué planes tienes para estos próximos tres meses?
Camile se encogió de hombros.
- Otoño no necesita planes- repuso- Simplemente surgen.
- Como en cualquier otra estación...
Camile negó efusivamente.
- No, no, no. Nunca como en cualquier otra.