lunes, 16 de enero de 2012

III

El Parque del Buen Retiro

Si hay algo que no puede negarse, es que Madrid dispone de todos los encantos a un sólo paso de voluntad. Los inviernos son fríos y secos y, a veces, una leve neblina cubre la atmósfera y desenfoca la profundidad de campo. Son días grises con el encanto propio de una novela de ficción.
En pleno centro cultural de la ciudad, calle Alcalá arriba, justo frente a la conocida puerta de mismo nombre, en la Plaza de la Independencia, nos topamos con un gran portón de hierro forjado, entrada principal que conduce al ciclópeo Parque del Buen Retiro. Derecha, Izquierda. A los pocos pasos dados, uno cae rendido ante el encandilamiento de tan pretencioso lugar. Tan inmenso que la vista no abarca lo que hay más allá. En pleno centro de Madrid hallamos un lugar completamente distinto, un portal a otra época varada en el tiempo. 
Frío glacial, casi antártico. De las entrañas del Retiro emerge una bruma espectral, hálito del parque, personaje principal. Respira, habla, canta. Rezuma vida. Está vivo. Con paciencia y tiempo, sus encantos se descubren ante el transeúnte en una danza fantástica, como el movimiento mecánico de un títere impulsado por los hilos que una mano divina maneja. El Palacio de Cristal, el monumento a Alfonso XII, el Jardín de las estatuas, el gran estanque, el lago artificial, la estatua del Ángel Caído... cada rincón encierra en sí mismo una historia distinta. Ambientes alegres, solitarios, grises o anaranjados. El Retiro ofrece a cada visitante su anhelo más preciado y entrega lo que éste espera encontrar, y mucho más.

Calle Alcalá
Gorrión sobre una baranda de piedra


Uno de los muchos paseos del Retiro
Estanque y monumento a Alfonso XII


Parque del Buen Retiro
Palacio de Cristal

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El Parque del Retiro es, sin duda alguna, un lugar fantástico para hacer fotos y, cuando el tiempo es más agradable a las manos, escribir, dibujar, leer o, simplemente, disfrutar y observar.
Aquí os dejo algunas fotos que hice el pasado domingo. 
Algunas de ellas están subidas aquí para mayor calidad.

4 comentarios:

  1. Doy fe que yo misma he comprobado todo lo que dices. Como soy traseo de mal asiento voy a M ardid de vez en cuando a casa de un hijo y mi objetivo fotográfico suele planear por el Retiro. Es verdad tiene mucho encanto en todas las estaciones. Tu relato describe su ambiente perfectamente y con mucho encanto.
    Querida besos. Gracias por tu visita.

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  2. Cuántos recuerdos. Y esa neblina de ficción...

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  3. Es que Madrid es mucho Madrid...

    Besicos

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  4. Y en invierno resulta precioso, un domingo cualquiera por la tarde, con la gente paseando junto al estanque envuelta en sus abrigos. Puede escucharse, de vez en cuando, al soplar una ráfaga de viento, el arrullo delicado de los árboles abrazándose unos con otros como si tuvieran frío o acabaran de enterarse de alguna grata nueva. A mí me gustan esas ardillas que a veces se quedan quietas en la hierba, mirándote fijamente, como si de pronto fueran a decirte algo.

    Saludos invernales!

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